De piedra

En el mundo de Sara e Irene a veces las emociones se descontrolan y les juegan malas pasadas. Nos puede pasar a cualquiera, pero es que en su mundo las emociones se materializan cuando menos te lo esperas. Lo mismo puedes acabar convertida en piedra como despertar una mañana para descubrir que tu familia se ha intercambiado por la de tu mejor amiga o, incluso, explotar en multitud de versiones diminutas de ti misma. Por suerte, las dos hermanas siempre se las ingenian para encontrar el truco que les permita volver a su ser.